Lo último que espero que este sueño colectivo de décadas postergado, no se transforme en una pesadilla eterna.
Aquellos que ocupamos cargos públicos desde hace tiempo, sabemos muy bien lo difícil que es lograr que algunas obras importantes para nuestro pequeño pueblo, entre los grandes municipios se puedan concretar.
Así es como vimos alguna vez, la llegada del gas natural, el pavimento a Bariloche y luego a Chile, ahora en breve el interconectado eléctrico y la Ruta de los 7 Lagos. Obras que cambian la fisonomía cotidiana de nuestra aldea.
Otras obras necesarias duermen en los sueños de nuestros vecinos, como la Avenida de Circunvalación, la planta de tratamiento de los residuos sólidos, escuela técnica, educación pública terciaria, viviendas, gimnasios, más espacios culturales, etc.
Desde que fui Concejal del pueblo allá en el año 1991, junto a otros compañeros nos toco confeccionar varios proyectos de Leyes Provinciales sobre afectaciones de terrenos, ya que la traza de la “futura, muy futura Avenida de Circunvalación”, iba recién tomando forma y con ella se cambiaba la línea de paso de acá para allá.
Junto a Carlitos Almada, empleado histórico del Catastro Municipal y el Concejal Raúl Martínez del M.P.N., junto a otros compañeros, con los datos que nos brindaban realizamos unos y otros proyectos, que se remitían a Neuquén para que los diputados realizaran las leyes y los propietarios de esos lotes, no vendieran y/o proyectaran construcciones que obstaculizaran la futura conexión vial del tráfico pesado.
Caminamos muchas veces con técnicos de vialidad provincial y luego con los de vialidad nacional, cuando no existían senderos ni calles, solo algunas estacas perdidas que con la ayuda de Carlitos, él descubría mágicamente entre los yuyos y arboles caídos. Así fue tomando forma la traza definitiva del derivador con las afectaciones de nuevas parcelas.
Cuando me toco ser luego Intendente por segunda vez, recuerdo que gracias a un contacto que tenía en Vialidad Nacional, me entero que el Administrador Nacional de Vialidad, Ing. Nelson Periotti estaba en Bariloche, allí fuimos, con el permiso del entonces Intendente de Bariloche, lo entrevistamos y lo trajimos para que viera nuestra realidad, como afectaba en plena temporada estival, el paso de los camiones que en esos tiempos no eran tantos como ahora, pero ya generaban muchos trastornos cotidiano y perjudicaban nuestro destino turístico.
Se fue convencido de la necesidad real de un derivador a la traza vial céntrica, de ordenar, avanzar y desempolvar el viejo proyecto, y así fue como se llamó a licitación para la proyección del anteproyecto de la ruta con todo lo que ello implicaba,
Continuaron las centenares comunicaciones telefónica con él, con los técnicos, con el ganador del proyecto, viajes nuestros a Buenos Aires y de ellos hacia nuestra localidad, muestras de los dibujos, marchas y contramarchas, que el Arroyo Pasil por arriba o por abajo, por un costado o por el otro, que un puente por acá y otro por allá, que este acceso y el otro, etc.; hasta llegar al proyecto ejecutivo final.
La última vez que me toco ver el anteproyecto en papel, año 2007 era algo increíble, la conexión de la futura avenida de desvió del tráfico pesado con la ruta 231, con los rulos de accesos, con puentes proyectados sobre los arroyos, con el espacio contemplado para la futura terminal de ómnibus, dos vías una de ida y otra de vuelta con las correspondientes colectoras, para los lotes de acceso al norte y del sur.
Este era el sueño a cumplir, el derivador del tráfico pesado, la vía de escape periférica del pueblo, la trama vía que siempre fue una avenida, la Arrayanes, con los cruces dibujando un esqueleto de pescado, se convertía por fin en una trama vial más segura y ordenada, pero manteniendo nuestra identidad de pueblo de montaña, bucólica, enredada y tal vez un poquito complicada, pero con sus características propias de lo nuestro.
Pasaron varios años, otras administraciones municipales con sus responsables de turno, discusiones y opiniones, posturas, silencios cómplices y otros adrede, hasta llegar hoy, por fin a concretar el sueño tantos años postergados comience a ser realidad.
Ahora bien nos encontramos en esta encrucijada, en el cual parte de la comunidad se enfrenta, la posibilidad que muchos obstáculos crezcan y con ellas nuevas desilusiones entre sus pobladores.
No me gustaría estar parado al lado del “muñeco del A.C.A.”, mirando a nuestros cerros y vea cruzar una ruta gigante, con camiones que van y que vienen, con sus respectivas obras de contención, como anillos de un “Saturno Patagónico”, la verdad que me asusta un poco y me preocupa, que nuestra identidad se vaya una vez más desfigurando, merced al progreso, crecimiento y modernidad.
Ojala que al igual que pasó en otras circunstancias, en donde existían controversia, se pueda a llegar a realizar esta obra tantas veces soñadas y postergada, que la misma no deteriore mucho nuestra imagen y persistan los valores que nos hicieron un lugar único en el mundo, al cual nuestros pioneros ayudaron a preservar como pudieron y los que fuimos llegando de una u otra forma fuimos tratando de aggiornar manteniendo su identidad.
Me preocupa que las autoridades de hoy, no sean consiente del posible daño que esta obra pueda producir, que como a pesar que no están los estudios de impacto ambiental solicitados terminados y si las recomendaciones, advertencias del responsable del medio ambiente local Daniel Meier, hagan caso omiso e insistan en avanzar, me da a pensar que existen otros intereses más allá de la obra en sí, no he escuchado a los candidatos que hoy ocupan cargos públicos, de ser más cuidadoso con el presente con el futuro y las consecuencias, me parece que están actuando muy apresurados, soberbios una vez más, solo le importa la inmediatez, y los resultados electoralistas mas allá de los daños tremendos y definitivo que ocasionarían a la identidad de un pueblo.
Contrasta la actitud responsable de Vialidad Nacional, con tantos años de trabajo a lo largo y a lo ancho del País y sabiendo los posibles conflictos, ellos quieran tener todos los elementos de afectación para preservar nuestro entorno natural, con la actitud irresponsable de las autoridades locales que casi como un capricho avanzan sin importar cuál es el daño. Si estuvimos tanto tiempo porque no esperar y hace las cosas lo mejor posible sobre todo cuando hubo tanto trabajo previo para que esto termine de la mejor forma posible.
Por fin quiero expresar que estoy en total acuerdo en la concreción de esta magnífica y necesaria obra, pero si vamos a priorizar los intereses del comercio internacional y nacional en desmedro de nuestra comunidad, porque geográfica y topográficamente es así, porque el orden natural lo manda, ojala que el costo que debamos pagar no sea tan doloso, que la “recompensa” por ello sea contemplada, que se tomen todas las medidas de mitigación, para que la afectación de nuestro medio ambiente y cultural no sea tan violenta.
Hugo O. Panessi
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